Astronomía en la literatura. Desde los clásicos hasta el siglo XVII. Selección de textos

Año 22 Número 85 – Junio 2024

Fuente: Video de la UNED. España. Recomendamos ver el video para comprender el contexto de cada fragmento. 1.

Homero. La Odisea. V. 270-272

Gozoso desplegó las velas el divino Odiseo, y sentándose comenzó a regir habilmente la balsa con el timón, sin que el sueño cayese en sus párpados, meintras contemplaba las Pléyades, el Bootes que se pone muy tarde y la Osa, que tiene por sobrenombre el Carro, la cual gira siempre en el mismo lugar, acecha a Orion y es la única que no se baña en el Océano …

Hesíodo. Los trabajos y los días. 598-600

Al surgir las Pléyades, descendientes de Atlas, empieza la siega; y la labranza, cuando se oculten.
Desde este momento están escondidas durante cuarenta noches y cuarenta días, y de nuevo al completarse el año empiezan a aparecer cuando se afila la hoz … manda a tus criados a aventar el sagrado grano de Démeter cuando por primera vez aparezca el forzudo Orión, en una era redonda y un lugar aireado …

Virgilio. Las Geórgicas. 1, 424-460

Si observas el cielo y las fases de la luna no te equivocarás jamás al pronosticar el tiempo de mañana … Desde que la luna comienza a aparecer si es rodeada por un halo … Es que va a caer una gran lluvia buena para los agricultores y para el mar …

Dante Alighieri. El último viaje de Ulises

Y volviendo la popa hacia el Oriente, de nuestros remos hicimos alas para seguir tan desatentado viaje, inclinándonos siempre hacia la izquierda. La noche ya veía brillar todass las estrellas del otro polo, y estaba el nuestro tan bajo que apenas parecía salir fuera de la superficie de las aguas.

Cinco veces se había encendido y otras tantas apagado la luz de la luna desque que entramos en aquel gran mar, cuando apareció una montaña oscurecida por la distancia, la cual me pareció la más alta de cuantas había visto hasta entonces.

Cervantes. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. 2da. parte, Cap. 29

– Don Quijote:

… Pero ya hemos de haber salido y caminado por lo menos setecientas o ochocientas leguas; y si yo tuviera aquí un astrolabio con el que tomar la altura del polo, yo te dijera las que hemos caminado: auqne o yo se poco o ya hemos pasado o pasaremos presto por la línea equinoccial, que divide y corta los ya contrapuestos polos en igual distancia.

– Sancho:

y cuando lleguemos a esa leña que vuestra merced dice, ¿cuánto habremos caminado?

– Don Quijote:

Mucho, porque de trescientos y sesenta grados que contiene el globo del agua y de la tierra, según el cómputo de Ptolomeo, que fue elmayor cosmógrafo que se sabe, la mitad habrmos caminado, llegando a la línea que he dicheo.

– Sancho:

Por Dios que vuesa merced me trae por testigo de lo que dice a una gentil persona, puto y gafo, con la añadidura de meón, o meo, o no sé cómo.

Luis Vélez de Guevara. El Diablo Cojuelo

– Don Cleofás:

¿No me dirás, pues has vivido en aquellos barrios, si esas estrellas son tan grandes, como esos astrólogos dicen cuando hablan de su magnitud, y en qué cielo están, y cuántos cielos hay, para que no nos den papilla cada día con tantas y tan diversas opiniones haciéndonos bobos a los demáscon líneas y coluros imaginados; y si es verdad que los planetas tienen epiciclos, y el movimiento de cada cielo desde el primer mívil al remiso y al trepidante, y donde están los sos signos destos luceros escribanos, porque yo desengañe al mundo, y no nos vendan imaginaciones por verdades?

– El Cojuelo:

Don Cleofás, nuestra caída fue tan apriesa, que no nos dejó reparar en nada; y á fe, que si Lucifer no se hubiera traído tras de sí la tercera parte de las estrellas, como repiten tantas veces en los autos del Corpus, aun hubiera mas en que haceros mas garatusas la astrología. Esto todo sea con perdón del antojo del Galileo y del Gran Don Juan de Espina, cuya célebre casa y peregrina silla son ideas de su raro ingenio, que yo hablo como antojos abajo, como de tejas, salvo la botica destos señores antojadizos que han descubierto al sol un lunar en el lado izquierdo, y en la luna han linceado montes y valles, y han visto a Venus cornuta.

  1. «Los conocimientos astronómicos, en cada época, aparecen recogidos en las obras literarias como un reflejo del tratamiento que reciben en los distintos aspectos de la vida de cada Cultura. En la primera parte del programa la profesora de Historia Antigua de la UNED, Irene Mañas, se ocupa de los Clásicos en Grecia y Roma. En la segunda parte, David Barrado, Astrofísico del Centro de Astrobiología y especialista en Astronomía y Literatura, se centra en la figura y obra de Dante Aliguieri. Y finalmente, Margarita Vázquez, profesora de Historia del Arte, nos habla sobre los conocimientos astronómicos en la Literatura del Siglo XVII en España«.