Mientras la sonda Cassini, de la NASA, ya casi sin combustible, acaba de comenzar su abrazo final a Saturno con un espectacular epílogo de 22 órbitas entre el planeta y sus anillos hasta su «inmolación» (se zambullirá en la atmósfera) el 15 de septiembre, una enorme antena se alza en terrenos áridos cercanos a la Cordillera. El dispositivo, ubicado aproximadamente a 40 km de esta localidad, se prepara para estar en su mejor forma antes del lanzamiento de una nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) a Mercurio, nuestro vecino más cercano al Sol.

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